Hace unos días, en medio de una semana llena de actividades académicas, tuve que poner en práctica la planificación que realicé de una experiencia de práctica de animación lectora.
La primera vez, resultó mal, ya que la cámara se movió del lugar donde la tenía fija, por lo que no grabó bien. No quería repetir el libro, así que tuve que usar otro.
Libro usado: Antípodas
Edad del niño: 6 años.
¿La planificación cumplió tus expectativas al momento de realizar la actividad?
En algunos aspectos sí. Creo que pensaba en un niño mucho más pequeño, ya que este chico leía bastante bien, sabía usar el libro, era bastante proactivo, por lo que me sentí un poco inútil. Mientras arreglaba la cámara, en las dos tomas, él tomó por su cuenta el libro y lo empezó a hojear y a leer. En ese sentido, el niño ya tenía conocimiento y curiosidad por los libros, algo que yo en lo personal no sabía de este niño. Me llamó la atención que, siendo un niño tan pequeño aun, tuviera interiorizado ya que los libros se leen y no que se pueden mirar también. Pensé que miraría más las ilustración y yo le leería, pero él se empeñaba solo a leer y pasar muy rápido las páginas sin mirar las imágenes. Por eso creo que podría haber puesto más énfasis en las ilustraciones. Por esto, habría sido más conveniente realizar la actividad para niños de 7 a 12.
¿Qué conocimientos previos ayudaron a la realización de la actividad?
Quería que fuera una actividad placentera para el niño, por lo que lo hice en un jardín, le permití que tocara mi libro y le di algo para tomar. Parece simple, pero en un contexto escolar los chicos a veces son vistos como cadetes en vez de niños. Algunos profesores son muy estrictos, yo quería que fuera una actividad como cualquier otra, le hablé y pregunté su opinión.
Sirve también conocer el libro que se está por leer, porque así se tiene en cuenta los momentos que pueden ser más interesantes para dar más énfasis, por ejemplo. El niño reaccionó de igual manera que yo, con agrado por "Cosas que me gustan" y con sorpresa por "Antípodas" (Pensé que reaccionaría al revés!). Por eso, tal como lo he leído ya varias veces, no hay que subestimar al niño, además son impredecibles. ¡No se debe generalizar tampoco!
¿Qué aprendizajes obtienes luego de planificar y poner en práctica?
La realidad es muy distinta a la planificación. No solo en este caso, sino en todo lo referente a la educación. Por lo menos yo prefiero improvisar, para no decepcionarme por las sorpresas, pero eso solo es posible si se tiene experiencia y confianza suficiente en lo que se está haciendo. Reconozco que me sentí un poco nerviosa, a pesar de que era solo un niño; experiencia muy distinta a la de enfrentarse a una práctica de fomento con un grupo de adolescentes, por ejemplo.
En este caso, me sentí nerviosa cuando algo no salía como lo esperado. Lo mejor, en una planificación futura sería tener una idea de qué se quiere promover, tener planes A, B y C e ir improvisando en el momento, según el humor de los niños y los recursos disponibles.
Palabras clave: animación lectora, LIJ, niños, fomento lector.






