Estoy
absolutamente agotada. He llegado tarde a todas partes, ya que me
quedo dormida todo el tiempo.
Se
me ocurrió ir a FILSA. Compré algunos libros, me terminé tan
cansada que apenas me podía la bolsa.
Mientras
tanto, la vida continua y debo seguir cumplir con las
responsabilidades, aunque lo haga rindiendo cada vez menos.
Entre
los libros a la venta, vi algunos de los que me regalaron en las
jornadas presenciales del diplomado. Es divertido, porque algunos
nunca me llamarían la atención, pero ahora están en mi librero.
Millones
de gatos, de Wanda Gág, por ejemplo. Su diseño es alargado y los
colores opacos. Es un estilo que se aleja de la parafernalia de los
libros de la LIJ comercial. Resulta ser un libro ilustrado, de una
historia que es perfecta para contar a niños pequeños. La historia
es simple y utiliza la repetición y el absurdo, elementos que les
encantan a los chicos. Lo leí en voz alta tratando de imitar una
lectura real, lo que me permitió ver esos detalles: "millones y
billones y trillones" es graciosa de decir una y otra vez. Sin
embargo, las ilustraciones son un poco pequeñas y aunque no influyen
la comprensión del texto, a los niños no les importa porque querrán
verlas igual. Por lo tanto funciona con un grupo pequeño. El
final me dejó una sensación agridulce, ya que el tono del libro es
para niños muy chicos por lo que me pareció muy raro contar que los
gatos se habían comido entre ellos, en especial porque después
viene una especie de moraleja.
[Me
pasó algo interesante con El corazón y la botella, uno de los
tantos clásicos de Oliver Jeffers. Se lo presté al hijo de una
vecina porque este se aburría en una fiesta de adultos en mi casa.
Me dijeron que él odiaba leer, incluso su madre le lee los libros
para el colegio y se los cuenta resumidos. Con el álbum, en cambio,
no tuvo objeción. Lo leyó rápido y cuando me lo devolvió le
pregunté si le había gustado, me dijo: "Sí, pero uno no puede
sacarse el corazón". Quedé "plop". Tiene apenas diez
años, demasiado joven para hacerse ese tipo de preguntas, hay muchas
otras que surgen con el libro].
En
lo personal, El corazón ... me encantó, lo encontré adorable y terrible. Por
ejemplo, la ilustración de la niña caminando en la playa con
una capucha roja es, como dicen los gringos, "touching": lo
veo como una representación de la niña sin rumbo, dejada sola en el
peligroso bosque es el mundo, pero sin que haya ningún cazador que
la salve, porque es ella la que debe enfrentarse a los lobos del
mundo sola. Por
lo tanto, creo que es un texto que debe tratarse por precaución, en
especial sin un niño pasa o pasó por una situación de pérdida
similar. Por otro lado, el mediador puede centrarse en otros aspectos
que permiten los libros, como por ejemplo el amor a la naturaleza y
al conocimiento. El corazón de las guardas finales es uno realista,
que refuerza el juego entre realismo y fantasía del libro. Por esto,
creo que funcionaría mejor con niños más grandes, púberes y
adolescentes.
En un principio me pareció que era una especie de poema ilustrado pero luego de leer un poco sobre el libro y de volver a leerlo me di cuenta que es un libro álbum, ya que a pesar de lo abstracto de las imágenes se puede extraer información sobre una situación que evoca. Por eso, el texto es breve pero profundamente reflexivo. En ese sentido es un texto que debe ser trabajado con jóvenes, no solo por el tono emocional sino que por la complejidad de las imágenes es necesario que tengan cierta madurez para interpretar y decodificar las ilustraciones.
Sobre Axolotl de Julio Cortázar tengo dos sensaciones opuestas: por un lado, el tono del texto se asemeja a los cuentos de suspenso, porque desde un principio el narrador nos introduce en un tema fantástico o maravilloso, pero por momento no avanza por lo que mantiene la tensión. Creo que una buena lectura debe ser capaz de transmitir esa sensación. Es importante destacar también el elemento metaficcional presente en el texto, lo que siempre es interesante, llamativo y una buena forma de comenzar una reflexión literaria.
Por otro lado, esa misma espera puede llevar a la distracción de los jóvenes más ansiosos. Por eso, tendría cuidado al usarlo, lo haría con un grupo que ya conociera y confíe que sean capaces de mantenerse atentos.
Por fin, he terminado. :)
Palabras clave: literatura infantil y juvenil, libro-álbum, cuentos, lectura en voz alta, adolescentes.

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